El robo de leña, o “Holzdiebstahl”, es probablemente una de las consecuencias más sorprendentes del aumento del precio de la energía. En un bosque alemán, la gente ya no solo busca las hayas y los robles de gran calidad, “[die] hochwertigen Buchen und Eichen”, sino también leña para quemar o “Brennholz”. La popularidad de la leña no deja de crecer y la subida de los precios del gas hacen aumentar todavía más la demanda, “die steigenden Gaspreise steigern nun zusätzlich die Nachfrage”. Tras haber estado a punto de sufrir un robo, el gestor forestal o “Forstwirt” Dennis Koll ha decidido llevarse directamente la madera que corta, al patio de su negocio. Uno de los clientes de Koll describe las ventajas de tener una chimenea de la siguiente manera: ayuda a ahorrar gas, “zumindest in der Übergangszeit”, al menos durante el periodo de entretiempo. Y, por supuesto, ¿a quién no le gusta el agradable crepitar de una chimenea?