Carmela: Vilna, la capital de Lituania, cuenta con una nueva atracción turística. Y lo que a primera vista podría parecer una operación de rescate es, en realidad, una experiencia que pretende ofrecer un cosquilleo bien calculado o “kalkulierter Nervenkitzel”. Con sus 160 metros de altura, el edificio más alto de Lituania ha abierto sus puertas para que los amantes de emociones fuertes, “Abenteuerlustige”, puedan pasearse por el borde, “auf der Kante”, de su tejado. Una visitante nos cuenta que solo da miedo hasta que se siente la tensión en la cuerda, “bis man die Spannung im Seil spürt”. El edificio en cuestión es la torre de televisión, que se acabó de construir en 1980, cuando el país báltico todavía formaba parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, “damals war das baltische Land noch Teil der Union der Sozialistischen Sowjetrepubliken” o “UdSSR”.