Carmela: En julio del año pasado, unas terribles inundaciones arrasaron gran parte del valle del Ahr, una región vinícola o “Weinanbaugebiet”, en el oeste de Alemania. Desde entonces, los viticultores hacen todo lo posible por reconstruir su medio de vida, ya que no solo fueron destruidas las cepas de vid “[die] Reben”, sino también los edificios y las bodegas. Elmar Sermann, el propietario jubilado de un negocio vinícola familiar, nos cuenta que durante el periodo de anarquía inicial, sin ningún tipo de burocracia, trabajaron mucho y avanzaron en las tareas de desescombro y reconstrucción. Pero ahora, las autoridades los pasean de un lado a otro, sin que nadie asuma la responsabilidad: uno echa la culpa al otro, “einer schiebt es auf den anderen”. Otra dificultad es que en retrospectiva, “im Nachhinein”, los daños son mucho más importantes de lo que se pensaba al principio. A pesar de los obstáculos, la reconstrucción de Weingut Sermann, la bodega de Elmar Sermann, avanza a buen ritmo y está previsto trasladar a mediados de agosto el “Gutausschank”, la taberna del viñedo, al edificio principal recién renovado.